Tras un 2012 y 2013 realmente boyantes, a Samsung las cosas no les han ido nada bien en el año que recién hemos terminado. No lo decimos nosotros, es lo que apuntan los diferentes informes de resultados financieros que la compañía ha ido publicando, a los que ahora acaban de sumar su previsión de ingresos y beneficios para el cuarto trimestre fiscal de 2014 la cual corrobora la mala tendencia.
Según dicha previsión, estiman que en el cuarto trimestre fiscal los ingresos obtenidos serán de 47.300 millones de dólares, y que los beneficios quedarán en 4.700 millones de dólares, cifras que por sí solas suenan bien, pero no en cuanto se comparan con las de hace un año. Y es que en el mismo periodo de 2013, alcanzaron unos ingresos de 54.900 millones de dólares, y los beneficios quedaron en 7.600 millones en beneficios, lo que traducido a porcentajes supone una caída interanual en los ingresos del 12% y del 37% en los beneficios.
¿La parte menos mala? Pues también la hay, y es que las previsiones de ingresos y beneficios del cuarto trimestre son sustancialmente mejores respecto a los datos de ingresos y beneficios del tercer trimestre, aunque era algo que se esperaba ya que en el 4ºT tuvieron lugar las fiestas navideñas, una de las mejores épocas del año para la venta de productos de electrónica de consumo.
Por otro lado, en cuanto a por qué Samsung ha pinchado en 2014, son varios los factores que han influido en los malos resultados, pero principalmente uno: el cambio de ciclo en el mercado de dispositivos móviles, donde hasta ahora madaban junto a otros 3 o 4 cuatro fabricantes más y ya no como consecuencia del auge de las marcas chinas, que les han arrinconado en los mercados emergentes, obligándoles a gastar más en marketing para obtener las mismas ventas que antes y a reducir sus márgenes de beneficio.
Eso sí, tampoco nos volvamos locos. A pesar de que han tenido un año 2014 regular, Samsung sigue siendo una de las compañías tecnológicas con más músculo y en 2015 pueden mejorar (ya están en ello, apostando fuerte por otros sectores como el de “Internet de las cosas”, o desplegando nuevas estrategias en el de los dispositivos móviles, por ejemplo reduciendo su catálogo de modelos de teléfonos entre un 25% y un 30% y lanzando nuevos terminales en mercados emergentes).
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