viernes, 6 de marzo de 2015

Así está matando la incompetencia política al ‘ebook’ en la Unión Europea

Nuevo palo en la Unión Europea a los libros electrónicos, y es que el Tribunal de Justicia de la UE acaba de sentenciar que no se puede aplicar IVA reducido a los ebooks en los países de la zona euro, y obliga a Francia y Luxemburgo, los dos primeros que lo hicieron y a los que se sumó Italia este año, a que aumenten el tipo impositivo en los mismos del 5,5% al 20% y del 3% al 17% respectivamente.

“¿Pero qué mosca les ha picado a los del TSJ?”, os estaréis preguntando. Pues ninguna, porque al tribunal no le quedaba otra que emitir ese dictamen, básicamente porque una directiva de 2009 de la Comisión Europea dice que el IVA reducido sólo puede aplicarse a libros en soporte físico y no a los electrónicos, ni tampoco hablamos de una actuación de oficio sino que fue la propia Comisión quien forzó el proceso.

Sí, como lo leéis. Concretamente todo este galimatías lo inició la CE en 2012, año en el que Francia y Luxemburgo empezaron a aplicar IVA reducido a los libros electrónicos y ellos decidieron plantarles demanda en el TSJ, que es la que ahora el organismo judicial ha resuelto con el dictamen que decíamos, el cual supone un golpe para el libro electrónico a nivel general ya que, entre otras cosas, con él sobre la mesa de seguro ningún otro país se atreverá a bajarles el iva por su cuenta ante el temor de posibles sanciones económicas (ahora Italia es la clave, porque como adelantábamos este año bajaron el IVA de los ebooks al 4%, ya veremos si reculan).

La incompetencia política tiene la culpa

Llegados hasta aquí, la pregunta obvia es por qué la Unión Europea no ha modificado la anacrónica directiva esa de 2009 para que los países de la zona puedan ponerle IVA reducido a los ebooks, y aquí llega lo más desesperante: porque lo políticos que la conforman y han conformado son unos incompetentes.

Es lo único que tiene sentido, ya que todo el mundo está de acuerdo en que el futuro de la industria editorial pasa sí o sí por el libro electrónico, que aplicar impuestos diferentes a dos tipos del mismo producto (prácticamente todos los países tienen IVA reducido sobre los libros de papel) es absurdo, y que lograr que despeguen con el marco impositivo actual también es imposible (básicamente porque provoca que no se puedan vender al precio que los consumidores esperan y que la industria no los impulse con todas sus ganas).

Y en este caso todo el mundo es todo el mundo, desde los actores de la industria hasta los consumidores pasando por los propios políticos e instituciones de todos los tipos y colores, la Unión Europea incluida (al menos hasta 2012, momento en el que aseguraron que querían igualar los tipos de IVA de los ebooks y los libros de papel para 2013. Ahora la postura no está clara).

Lo peor de todo es que estos cambios constantes de pareceres, indecisión y peleas entre los representantes políticos de los países en la UE llevadas a los tribunales, sumado a su incapacidad, falta de voluntad o lo que sea para modificar una simple directiva, está dificultando mucho que las editoriales puedan reconvertirse a los nuevos tiempos, y eso a su vez lo terminan pagando muchos ciudadanos con sufrimiento (no reconversión a lo digital en la era de lo digital igual a pérdida de ingresos de las empresas, y pérdida de ingresos igual a despidos).






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