viernes, 27 de marzo de 2015

Se subastan algoritmos

Ruse Laboratories es una joven compañía creada con el propósito de demostrar a la sociedad que la tecnología y la computación también pueden constituir un tipo de arte. Entre sus últimos proyectos figura una subasta de algoritmos, que tendrá lugar hoy en el Museo Cooper Hewitt de Nueva York, y en la que éstos no serán vendidos al mejor postor simplemente por su contenido o por su rentabilidad, sino por su faceta más artística.

No obstante, como publica la revista Wired, con “artístico” los organizadores de la subasta no se refieren simplemente a aspectos estéticos del algoritmo, sino a cuestiones como su sencillez, su mensaje, su capacidad de ruptura o su utilidad. En la tecnología ya hay quien piropea a los buenos algoritmos con adjetivos como “inspirado” o “florido”, aunque para la mayoría de la sociedad el trabajo de los algoritmos, aunque imprescindible, es invisible y silencioso. Este proyecto es una forma de visibilizarlo.

Ruse Laboratories se ha aliado con Artsy, la plataforma online de difusión y promoción del arte, para escoger siete algoritmos de especial valor “artístico” en la historia de la tecnología, que ya están siendo subastados. Y las pujas por ellos alcanzan miles de dólares.

Por ejemplo, una copia escrita a mano y autografiada de Hello World, el algoritmo que Brian Kernighan creó a finales de los años 70, ya ha registrado pujas de 3.000 dólares. Hello World fue un sencillo programa informático desarrollado con un único objetivo: que un dispositivo o equipo muestre dicho mensaje en su pantalla para comprobar que ejecuta correctamente las órdenes. Todavía hoy se sigue utilizando como una de las primeras nociones básicas que se enseñan a quienes estudian programación, como una forma de comprobar que todo está correcto en un equipo o, incluso, como una manera de comprobar que un dispositivo hackeado responde a quien lo ha pirateado.

Otro de los algoritmos subastados, impreso en letras doradas sobre una corbata azul oscuro, es qrpff, creado por Mark Horowitz, y Keith Winstein, desarrollado para neutralizar la forma que las productoras cinematográficas y estudios de Hollywood tenían de asegurarse de que las copias en DVD de sus películas no eran pirateadas o distribuidas en países donde aún no estaban autorizadas. Qrpff se subasta impreso en letras doradas sobre una corbata azul oscuro, como un símbolo, cuentan los organizadores de la subasta, de la libertad de expresión.

Foto cc: Wikimedia






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