Países como Estados Unidos y Australia quieren que las fuerzas de policía puedan tener acceso a las conversaciones de los servicios de chat en línea. Tradicionalmente, Skype se ha opuesto a esta medida que invadiría la privacidad de sus usuarios, pues aseguraban que su método de encriptación lo hacía imposible. No obstante, podría haber cambiado de idea tras ser adquirida por Microsoft.
La seguridad de las comunicaciones de Skype era tan grande que en 2007 la policía alemana, tras quejarse por no poder monitorizar las conversaciones en el servicio VoIP, contrató a una compañía para que desarrollase troyanos que permitiesen grabar los mensajes de chat de los sospechosos.
Sin embargo, parece que todo ha cambiado. En los últimos meses han surgido diversas discusiones en las que la comunidad hacker denuncia el cambio en la arquitectura que ha sufrido Skype.
Para su funcionamiento, la herramienta hace que cada usuario actúe como un nodo de la red y facilita la conexión. Algunos de ellos son ‘supernodos’ y tienen una mayor responsabilidad.
A finales de 2010 se produjo un gran fallo que bloqueó el servicio al no actualizarse todos los supernodos de forma homogénea. Microsoft, tras hacerse con la empresa y aparentemente para evitar que esto volviese a ocurrir, movió varios de estos supernodos a servidores Linux dedicados en centros de datos bajo su control. El problema es que esta centralización podría facilitar la monitorización de conversaciones, como denuncian varias personas.
Además un mes después de adquirir Skype, la compañía de Redmond obtuvo una patente sobre un sistema que permite interceptar comunicaciones en herramientas de VoIP de forma legal, lo que desató los primeros rumores.
Por su parte, Skype aseguró a ExtremeTech, uno de los primeros medios que se hizo eco de la situación, que los cambios se hicieron para “mejorar la experiencia de usuario de Skype”.
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