Markus ‘Notch’ Persson, fundador de la compañía desarrolladora de Minecraft (Mojang), recibió una demanda de Uniloc por infringir patentes con las versiones móviles del juego. Junto a Mojang han sido demandadas varias empresas del sector de los videojuegos como Electronic Arts, Square Enix o GameLoft.
La patente en cuestión es bastante general y describe un proceso “para evitar el acceso no autorizado a información electrónica almacenada en un dispositivo electrónico”. Es decir, un método de autentificación.
Uniloc considera que la versión móvil de Minecraft y otros juegos infringen esta patente. La compañía ya ha demandado anteriormente a compañías de la talla de Microsoft, con la que llegó a un acuerdo, pero Persson no se lo va a poner tan fácil en este nuevo caso en el campo de batalla de las patentes.
“Desgraciadamente para ellos, nos demandan por una patente de software. Si hace falta, tiraré montones de dinero para asegurarme de que no se llevan un centavo”, escribió el fundador en su cuenta de Twitter.
Persson también dio su opinión sobre este tipo de patentes, que considera “simplemente malvadas”. “La innovación dentro del software es básicamente gratis y crece increíblemente rápido. Las patentes sólo la ralentizan”.
No hay patente
Más tarde, el informático sueco desarrolló esta opinión en su blog con una referencia a Matrix. Así, pidió a los lectores que imaginasen que eran Neo, protagonista de la saga, y habían sido los primeros en tener la idea de escribir una novela, que es “como un cuento corto, pero más largo”.
Bajo esta premisa propuso tres situaciones en las que Trinity, coprotagonista de estas películas, terminaba ‘taseada’ por cometer tres delitos diferentes: robo, infracción de copyright e infracción de patentes.
En el primer caso, la heroína directamente roba la novela para leerla, y termina electrocutada por Neo porque gastó mucho dinero para imprimir su obra y esperaba recuperarlo. En el segundo decide fotocopiar esta novela y vender sus copias con el mismo resultado. “No quieres que lo haga, porque quieres ser el único que pueda hacer nuevas copias de tu novela, pues quieres sacar beneficio de ella”.
La tercera situación es algo diferente. Trinity ha decidido escribir su propia novela, pero el castigo es el mismo. “No quieres que lo haga, porque tuviste la idea de escribir una historia corta más larga primero y quieres sacar un beneficio de todas las novelas que escriba cualquier persona”.
“Estoy de acuerdo con el concepto de ‘poseer cosas’, así que estoy en contra del robo”, escribe Persson. “Estoy bastante de acuerdo con el concepto de ‘vender cosas que haces’, así que también estoy en contra de la infracción de copyright”, continúa, aunque no sin matizar que no cree que sea tan malo como el robo. “No estoy seguro de que sea bueno para la sociedad que algunos profesionales puedan ser pagados una y otra vez mucho tiempo después de hacer su trabajo”, mientras que otros “deben hacerlo una y otra vez para ser pagados”.
Sin embargo, en el caso de las patentes tiene una opinión diferente. “No hay forma de convencerme de que es beneficioso para la sociedad no compartir ideas. Las ideas son libres. Mejoran cosas viejas, las hacen mejores y esto resulta en una mejora para toda la sociedad. Compartir ideas es la forma en que mejoramos”.
Respuesta desde Matrix
Todo esto hizo que el fundador de Uniloc, Ric Richardson, recibiese una serie de correos y mensajes en los que se criticaba su actitud. A raíz de ello escribió varias entradas en su blog en las que explicaba la decisión.
En la primera de ellas aseguraba que él no había tenido que ver con la demanda, aunque la apoyaba. “Desde el día en que me explicaron la importancia de las patentes he tratado de actuar de forma responsable con la confianza depositada en mí por las muchas personas que dieron su tiempo, esfuerzo e inversión para ayudar a asegurar el éxito final de las tecnologías”.
“Lo siento si no creéis que está bien protegerse a uno mismo. Creo que es irresponsable implicar a otros en una empresa cuando no haces todo lo que razonablemente puedes para proteger sus intereses y los tuyos”.
Además, explicó que consideraba paradójico el hecho de que se critique una patente que en el fondo sirve para defender las creaciones de los infractores. “La tecnología en cuestión es un sistema que evita que la gente piratee su software y les permite hacer dinero. Si crees que es tan injusto, no uses la tecnología”.
La siguiente entrada fue una defensa del sistema de patentes y del trabajo que realizó hace 20 años para conseguir que la suya fuese aprobada, algo que le costó 40.000 dólares en 1992.
Por último, dedicó una tercera entrada a la situación que se había creado y la expectación generada. En ella pidió a los visitantes que recordasen que no había inventado la patente, que los ataques personales recibidos estaban de más y que “las patentes están para evitar que la gente robe una tecnología que has inventado y permitir tener la oportunidad de vivir de ella”. En este sentido, enlazó (equivocadamente para su argumentación, como luego matizó Persson) a una noticia de un caso anterior en el que Mojang demandó a una compañía por el uso de un nombre.
No obstante, esto no terminó con el cruce de mensajes de un aparentemente agotado Persson. “Prefiero dejar de vender nuestros juegos en Estados Unidos que continuar a merced de su desastroso sistema legal”, escribió. Sin embargo, poco después tranquilizó a sus seguidores y aseguró que lo dijo “por frustración” y que nunca abandonaría a tantos fans.
En cuanto a la última de las entradas de Richardson explicó, de nuevo en su blog, que creía que confundía varios conceptos. Por un lado, llamaba ‘robar’ a la infracción, “pero la víctima no pierde nada en el caso de utilizar la misma idea. De hecho, puedes infringir esta ley sin saber que alguien tuvo la misma idea antes”. Esto es, en su opinión, uno de los principales problemas con las patentes: “la mayoría de los crímenes requieren intención, la infracción de patentes no”.
Por otro lado, critica el hecho de que Richardson, que en todo momento recuerda no hablar en nombre de Uniloc, compara la infracción de copyright y la de patente. Y, además, se refirió al caso enlazado. En él, Mojang solicitaba el uso de un nombre que ya había sido utilizado previamente, Scrolls, para su nuevo juego. Es decir, Richardson confundió la posición de la compañía de Notch con la tomada por la empresa que no quería ceder el nombre, Bethesda.
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