Nueve de cada diez niños en edad escolar (entre 2 y 17 años) de Estados Unidos juegan a algún tipo de juego electrónico. Es decir, están muy familiarizados con unas herramientas con las que han crecido. Pero es que, además, utilizar juegos en clase tiene ventajas, como podemos ver en esta infografía.
Así, por ejemplo, utilizar contenido digital aumenta el interés de los estudiantes en un 74% de los casos. Asimismo, en un 50% de las ocasiones ayuda a personalizar la instrucción.
La clave, según el neurocientífico de la Universidad de Bristol Paul Howard-Jones, está en la dopamina que produce el cerebro al ser estimulado por los videojuegos.
Esta sustancia ayuda a orientar la atención y estimula la creación de conexiones entre las neuronas (sinapsis), base física del aprendizaje, como muestra esta infografía realizada por OnlineSchools.
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