viernes, 26 de octubre de 2012

¿Cuál es el estado de inversión de las empresas de internet en España?

Es una de las eternas preguntas que planean en el universo emprendedor, dinero o talento. ¿Es suficiente tener una buena idea? ¿Es el talento un valor seguro? La respuesta unánime de los expertos gira alrededor del “sí”, el problema  puede radicar en definir qué es exactamente una buena idea, claro está. Para cada emprendedor su idea es la mejor, la más original, si bien hay que mirar dos veces para estudiar si es oro todo lo que reluce. Lo idóneo sería encontrar perfiles híbridos en los que el emprendedor tenga además una óptica también que englobe la visión del inversor porque el debate está ahí, ¿el estado de la inversión necesita más dinero o más proyectos con talento y ambición?

El panorama se torna complejo en el universo del emprendimiento, sí hay talento, sí hay ideas pero falta ecosistema que facilite el camino, que guíe a quienes construyen tejido empresarial hacia los objetivos correctos. Así mismo los expertos apuntan a la necesidad de aunar esfuerzos, reunir buenos equipos capaces de sacar una idea talentosa adelante.  Existen proyectos emprendedores invertibles pero cuesta encontrarlos porque el ecosistema no es el idóneo para juntar las piezas del puzle y encajar bien sobre todo en la fase inicial. Hay buenas ideas pero necesitan tener el enfoque correcto para que crezca.

Este artículo es fruto de la colaboración entre Emilio Márquez (@EmilioMarquez) y TICbeat. Emilio Márquez es Business Ángel y emprendedor, CEO de Networking Activo. En su blog se pueden seguir posts muy interesantes sobre Networking y el mundo de Internet en general.

Es curioso pero según los inversores, en muchos casos ni el propio emprendedor cree en su proyecto, no es capaz de plantearse objetivos ambiciosos de dónde estará a cinco años vista. Y si uno mismo no cree en su idea… Difícilmente va a implicar a los demás y menos a un inversor.  Si alguien cree realmente en su proyecto y éste es innovador, consigue dinero.

Los propios expertos reconocen que el dinero llega de modo menos complicado en la primera fase del proyecto, en primera ronda es relativamente fácil conseguir financiación, siempre que el proyecto sea atractivo y se ofrezca a un precio de valoración razonable. Lo realmente complicado en nuestro país es conseguir dinero en segunda o tercera ronda de financiación. Parece que el capital riesgo español es en realidad capital “sin riesgo”, un dato curioso teniendo en cuenta que este mensaje lo reconocen los propios inversores. No se corre mucho riesgo a la hora de apostar por un proyecto y uno de los factores que determina esta situación es, en opinión de los expertos, el hecho de que muchos emprendedores se plantean sus negocios en micromercados.

Hay que tener miras de amplitud, pero también es cierto que siempre dependiendo del negocio que vayamos a emprender. Hay empresas que por definición requieren una internacionalización inicial dado el tipo de producto o servicio que van a ofrecer, aunque también puede haber empresas locales que funcionen. En realidad se trata de estudiar con detalle cuál es el perfil de nuestro proyecto para adecuarlo a los requisitos que plantea desde el comienzo.  Tampoco se trata de idealizar a los emprendedores de otros países, en Silicon Valley tenemos la sensación de que todas las empresas comienzan con vocación internacional, y al menos en una primera fase no es así. Hay que buscar el equilibrio y el momento idóneo en el que el propio proyecto pide, o no, esa mira global.

En este ámbito entran además los sentimientos, el ego del emprendedor vs. la prepotencia –en ocasiones- de quien maneja el capital. La vanidad frente al poder que da el dinero y la falta de comunicación. Olvidamos a veces que el único vehículo para alcanzar el entendimiento y con él el éxito es el diálogo. Influye también la idiosincrasia cultural de nuestro país, nos cuesta movernos y tenemos tendencia a cerrar demasiado nuestro círculo de conocimiento. El emprendedor ha de tener ambición y la capacidad suficiente para ser humilde y conocer otros modos de emprender, otras formas de actuar igual que el inversor ha de ser capaz de salir fuera de su círculo natural para buscar proyectos verdaderamente brillantes. El factor cultural  es también un handicap en algunas ocasiones.

Los expertos insisten en la necesidad de tener ambición en positivo y ser capaces de retroalimentar al ecosistema con inversiones de los emprendedores que han tenido éxito. Si conseguimos sacar adelante un proyecto y obtenemos importantes beneficios, reinvirtamos en otros emprendedores para ir creando verdadero tejido empresarial.

Estas son las conclusiones del Encuentro de Inversores en Internet de Networking Activo




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