viernes, 27 de septiembre de 2013

Pink Floyd se rinde a la supremacía del ‘streaming’

pink_floyd

Tras las reticencias iniciales de Pink Floyd a ver su música digitalizada, el batería Nick Mason ha declarado hace poco que, finalmente, ha aceptado que el futuro de la música es el streaming, y que cree que así, ha asegurado, lo han asumido también las discográficas.

En una charla para el Wall Street Journal que tuvo lugar en Londres, Mason señaló un cambio de actitud también en el resto de miembros vivos de la banda, a quienes nunca les gustó la idea de que la gente picotease canciones sueltas de álbumes. Ahora, en cambio, ven en servicios como Spotify el futuro de la industria musical. El músico ha indicado que los discos compactos le parecen un arte en extinción, y se ha atrevido a diagnosticar también una tendencia a la baja en iTunes.

“Puede que si esta conversación hubiese tenido lugar hace un año y medio, estaría diciendo algo diferente, pero Spotify ha supuesto un éxito para nosotros. Mucha gente ha estado escuchando nuestra música, también muchos que ni siquiera estaban familiarizados con ella”, ha admitido Mason, quien tiene cada vez más claro que “el streaming no es otra forma de piratería y que, gracias a él, hoy se escucha más música que en el pasado”.

Sigue siendo difícil para los nuevos

No todo, sin embargo, está resuelto. Las tensiones entre discográficas y artistas, cuenta Mason, se siguen manteniendo. Por un lado, porque, en realidad, son muy pocos, a juicio del baterista, aquellos músicos a los que la tecnología les ha otorgado el control total y real sobre todos los aspectos de su carrera -comunicación con los fans, fechas de giras, distribución- y, por otro lado, porque las discográficas ya no disponen de tantos recursos como antes para financiar el lanzamiento de artistas noveles.

“Antes los artistas sabíamos que teníamos que subir una montaña empinada, pero conocíamos los pasos que debíamos dar. Ahora, en cambio, es como si faltasen los primeros escalones del camino”, ha reflexionado.

Una denuncia que no es nueva

En este sentido, Mason no es el primero que se refiere a que el nuevo modelo de distribución musical sigue planteando muchas dificultades a los artistas nuevos. De hecho, algunos han sido bastante más pesimistas que él, como el ex Radiohead Thom Yorke, que abandonó, precisamente, Spotify y Rdio hace poco porque pagaban “una mierda” –eso dijo- a los artistas.

El productor del grupo, Nigel Goddrich siguió sus afirmaciones y declaró de forma casi paralela en Twitter que los servicios de streaming “no eran nada” sin esos artistas noveles a los que maltrataban, y que, en realidad, “son los mismos tíos de la industria de siempre los que están intentando controlar el total de la distribución en la red”.

Son solo algunos ejemplos de voces que ya han denunciado que el streaming solo beneficia realmente a aquellos que tienen una cantidad colosal de escuchas. Según cálculos de Blogoff, un músico con 33.000 reproducciones en Spotify solo obtendría unos beneficios de 120 euros. Precisamente, en su momento, Goddrich citó como ejemplo a Pink Floyd: “Dudo mucho de que, si en 1973 la gente hubiese escuchado Spotify en vez de comprar discos, Dark side of the Moon se hubiera llegado a editar alguna vez. Era demasiado caro para eso”.

Foto cc: Pedro García










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