Como en cualquier telefilme que se precie, The Teddy Guardian es un oso de peluche, aparentemente tan cálido e inocente que nunca levantaría las sospechas de ninguna familia norteamericana de clase media, con un secreto indescifrable a simple vista, un mecanismo en su interior que lo convierte en mucho más que un juguete para niños: ¿una cámara oculta?, ¿un micro encubierto? La imaginación echa a volar cuando se trata de un oso de peluche.
En el caso concreto de The Teddy Guardian, lo que se esconde en sus entrañas es una tecnología capaz de rastrear los signos vitales de una persona a través de sensores. El objetivo de este teddy, desarrollado en el sur de Europa, es ayudar al personal de diferentes instituciones médicas a realizar mediciones como la frecuencia cardíaca, la saturación de oxígeno, la temperatura y los niveles de estrés de un paciente infantil. Así, cuando un niño tiene el oso cerca, juega con él o lo abraza, este envía lecturas a una tablet o un smartphone.
La idea de utilizar un oso de peluche como herramienta médica fue de Josipa Majic y Ana Burica, dos estudiantes de master de Zagreb (Croacia), quienes se dieron cuenta de la dificultad que presentaban algunas mediciones cuando los pacientes eran niños nerviosos o asustados. La solución era pura lógica: si las enfermeras les dan juguetes a estos pequeños pacientes para que se tranquilicen o distraigan, qué mejor que un sensor de medición camuflado en un simpático oso de peluche.
The Teddy Guardian, que ha sido probado en clínicas pediátricas y guarderías y para el que se han hecho ya casi 100.000 pedidos, tiene además otras funcionalidades pensadas para los jóvenes pacientes y sus padres y familiares, quienes pueden comunicarse con los niños, cantarles canciones y contarles historias haciendo que su estancia en el médico sea un poco más amable.
Fuente: Fastcoexist.com
Foto (cc): longzijun
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