viernes, 27 de diciembre de 2013

Claves para una implantación MDM exitosa

smartphones

La movilidad y la formulación de políticas BYOD serán, según estimaciones de Gartner, los principales retos de las empresas el año que viene. Unos desafíos para los que  las soluciones de Mobile Device Management (MDM) se postulan como las herramientas clave para garantizar un despliegue exitoso de una estrategia de movilidad corporativa.

Sin embargo, ante una oferta cada vez más heterogénea y variada de soluciones de gestión del parque de dispositivos móviles, decidir cuál es la más idónea para nuestra organización exige formularse una serie de preguntas  como, por ejemplo, ¿somos conscientes de cómo hemos de elegir esa solución tan crítica para nuestra compañía? ¿Sabemos en qué variables debemos basar nuestra decisión? Y, lo que es más importante, ¿tenemos claro qué debemos buscar en un MDM o cuáles son las claves para que sea una herramienta que nos aporte el valor que se busca con este tipo de soluciones?

Debemos partir de la base de que todos los MDM no son iguales y todos tienen fortalezas y debilidades, así como diferentes enfoques a la hora de desarrollar las funciones que realizan.

Identificar necesidades

Lo primero que tenemos que tener claro en una implantación de una solución MDM es que existe una necesidad estratégica. Es decir que, que desde TI se han planteado cuestiones como: ¿Tengo elementos corporativos que los usuarios no saben configurar como cuentas de correo, redes Wi-Fi, conexiones VPN?; ¿qué tipo de aplicaciones corporativas son las que vamos a movilizar?; o ¿seremos capaces de gestionar la seguridad de los dispositivos móviles igual que la de los PC de escritorio?

El siguiente paso será analizar cuáles son las necesidades reales de mi compañía y cuáles serán en un futuro, de manera que rentabilicemos la inversión en un MDM que cubra no sólo mis requerimientos actuales (movilizar información confidencial que no debe sufrir fugas, o sólo entornos de escritorio –correo, calendario y contactos– y /o información personal; movilizar aplicaciones de negocio críticas para la compañía, etc.) sino también aquellos que puedan surgir a medida que evolucione mi organización.

Garantías de inversión en dispositivos y plataformas

Definido el escenario de nuestro parque de dispositivos móviles, tendremos que  centrarnos en el terminal y el sistema operativo corporativo. iOS, Android, Windows Phone, BlackBerry… El mercado nos ofrece un amplio abanico de opciones, ante las que tendremos que valorar cómo responde la capa de gestión de cada una de ellas, qué gamas de terminales (y a qué coste) nos ofrecen, o incluso, si combino diferentes plataformas, creando un catálogo corporativo que gestiono con una herramienta MDM que ofrezca una respuesta completa ante el escenario multiplataforma de la compañía.

Además, en el caso de que estemos planteándonos una migración o un cambio de plataforma corporativa, es conveniente tener presente determinadas consideraciones que también impactarán sobre la decisión del MDM a implantar en la compañía, ya que no solo se trata de buscar un dispositivo que “guste”. No debemos olvidar que el cambio tendrá implicaciones a bajo nivel que habremos de controlar: qué puntos tendré que homologar con seguridad, cómo va a afectar el cambio a los administradores y al CAU, a las aplicaciones de la empresa, a las redes y las comunicaciones corporativas (cambios de firewall, VPN, etc.).

De BYOD a COPE

El nuevo escenario móvil resultante puede además verse condicionado por una variable más que presente ya en toda estrategia de movilidad empresarial: la archiconocida tendencia Bring Your Own Device (BYOD). Apostar por que el usuario utilice su propio dispositivo implica tener en cuenta una serie de consideraciones como, por ejemplo, quién es el propietario de la línea (el empleado, la empresa o una fórmula mixta).  Pero más allá de eso, conlleva una necesidad de gestionar y aislar los espacios de contenidos personales y profesionales. El bloqueo del acceso indebido a estos últimos será una condición determinante para la elección de nuestro MDM.

Para aquellos que recelan del BYOD, existe una alternativa que viene pisando fuerte: Corporate Owned Personally Enabled (COPE). Supone la tendencia inversa al BYOD, siendo la organización quien pone a disposición de los empleados los dispositivos corporativos, pero habilitando su uso para temas personales.  Esta opción está ganando cada vez más adeptos dentro de los cuadros de mando de las empresas, precisamente porque ofrece al administrador de TI el control sobre el hardware y los datos que se almacenan en el dispositivo, a la vez que permite al usuario explotar toda la funcionalidad del dispositivo. Su aplicación en la empresa, sin embargo, se traduce en una necesidad aún mayor  de un MDM con el que poder aislar el entorno profesional del personal, y disponer de un método de gestión y control.

Gestión de Aplicaciones

Las políticas de descarga, gestión y acceso a aplicaciones son otro aspecto crucial de cualquier proyecto MDM. Es conveniente fijar unas directrices sobre qué tipo de aplicaciones de Market públicos permitiremos (si es que lo permitimos). Y lo que es más importante aún, debemos ser capaces de blindar el acceso móvil a las aplicaciones corporativas (‘contenerización’) con el objetivo de evitar fugas de información relevante para el negocio, así como de garantizar la ‘tunelización’, o lo que es lo mismo, el acceso de ciertas aplicaciones corporativas desde redes externas o públicas, sin que esto conlleve el más mínimo riesgo de seguridad para la compañía.

‘Cloud’, ‘on-premise’ o solo servicio

Ya tenemos todo nuestro escenario móvil definido. Ahora es el momento de analizar cómo hacer esta inversión. Lejos de presupuestos faraónicos, la adopción de una solución MDM se puede abordar desde tres perspectivas distintas. Una, adquiriendo en propiedad la solución, con los beneficios que esto conlleva desde el punto de vista de su control, en función de las necesidades y de los requisitos del negocio; dos, en modo cloud, agilizando la puesta en marcha del proyecto y reduciendo drásticamente los costes de adquisición y mantenimiento; y tres, optando por un modelo de solución como servicio. Esta modalidad de pago, heredada del sector de las utilities, nos va a permitir gestionar el pago según el uso que se realice de la herramienta como si se tratase de la luz o del gas.

Solo o acompañado

En ocasiones, el miedo a lo desconocido genera cierta desconfianza y recelo en las organizaciones y acaba siendo un obstáculo para incorporar mejoras. La movilidad ha sido, algunas veces, rehén de este temor y se ha convertido en la eterna prioridad de algunas organizaciones para las que la movilización de su personal es clave. Desprenderse de las posibles dudas que genere la puesta en marcha de este tipo de proyectos es indispensable y conseguirlo por uno mismo no es fácil. Contar con el conocimiento y el expertise de una empresa que conozca las tecnologías, los diferentes fabricantes, las capacidades, fortalezas y bondades de cada solución, y que tenga experiencia en el despliegue de cada una de las fases del proyecto tranquiliza y mucho.  Pues, como dice el refrán “el camino que se sabe, bien se anda”.

El autor de este artículo es Fernando Urien, director de IT de NTS.

 

 






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