domingo, 26 de enero de 2014

El éxodo de adolescentes de Facebook a Snapchat, en un gráfico

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Acaso Facebook ha dejado de molar, o quizá sea que gustó mucho desde sus inicios a cierto cierto tipo de internautas, pero nunca sedujo del todo a los nativos digitales puros. El caso es que la pérdida de impacto de Facebook entre los adolescentes es ya un hecho constatado a pesar de que los responsables de la propia plataforma quitan hierro al asunto. Hace un tiempo analizábamos las razones que llevan a los jóvenes de entre 13 y 18 años a abandonar el uso de Facebook en masa para irse a alternativas como Snapchat y Tumblr. En este sentido, no te pierdas el último estudio de GlobaWebIndex, recogido por TICbeat. 

Ahora, un informe elaborado por iStrategyLabs cuantifica este éxodo masivo, al menos en EE UU, y señala que los usuarios adolescentes de la red de Zuckerberg -aquellos de entre 13 y 17 años- han descendido un 25% en los últimos tres años, desde su último estudio elaborado en 2011 a este de enero de 2014. En cambio, el grupo de edad que supera los 55 años ha aumentado en un 80% en el mismo periodo, al menos en EE UU.

Atendiendo a la estadística, no es solamente que los adolescentes hayan dejado de considerar Facebook como algo interesante, sino que quienes tienen ahora 18, 19 o 20 años y usaban Facebook hace tres años figuraban en el informe de 2011 como adolescentes, mientras que en este último ya no pertenecen a este grupo de edad. Así, los números lo que realmente estarían indicando es un descenso radical en los índices de penetración de la red social entre nuevos usuarios.

¿Quiere esto decir que la red social más grande del mundo empieza a envejecer? Muy posiblemente. Hemos hablado con varios usuarios adolescentes para conocer, más allá de los análisis técnicos, qué opinan ellos en el día a día. He aquí algunos factores de carácter sociológico y psicológico que terminan de definir por qué Facebook ya no mola. O al menos no mola tanto como otras alternativas.

Y las madres y abuelas descubrieron Facebook

Los círculos en los que se relaciona un adolescente no son los mismos que los que frecuentan sus familiares. ¿Alguien se imagina que las madres, tías y abuelos comenzaran a quedar para tomar algo en el mismo bar de copas que sus hijos o nietos? El local dejaría de estar de moda para ellos en cuestión de pocas semanas, por mucho éxito que tuviese previamente. Redes como Twitter, Instagram y, en mayor medida Snapchat o Tumblr, están relativamente poco frecuentadas por padres abnegados y tíos entrometidos.

Demasiada visibilidad, demasiada permanencia

Facebook funciona como red de amigos solo muy al principio. Con el tiempo, se convierte en una ventana abierta por la que se cuelan todo tipo de contenidosa ojos de todo tipo de contactos, con o sin nuestro consentimiento: no solamente debemos gestionar bien lo que publicamos, sino que también debemos contar con que hagan lo propio nuestros amigos en la red, cosa casi imposible de lograr. Contenidos como fotografías u opiniones tienen un alto grado de permanencia y visibilidad. Los adolescentes, que empiezan a tomar consciencia de la importancia que tendrá una gestión adecuada de la reputación online a lo largo de su vida, no se sienten cómodos comunicándose en una red tan expuesta. En este sentido, encuentran en el servicio de fotografía efímera Snapchat un sistema más adaptado a sus preocupaciones.

Que viva el grupo de Whatsapp

“La verdadera red social de amigos es el grupo de Whatsapp”, me comenta un conocido, de 16 años. En un grupo de Whatsapp no entra quien no quieres que entre, no lo ve nadie que no esté incluido en el mismo y siempre sabes quién forma parte del grupo. No hay más esferas sociales que la que forman quienes lo componen, y por lo tanto es muy sencillo de gestionar. Con un poco de cuidado para evitar que las fotos que quedan almacenadas en el teléfono lleguen a ojos indiscretos, es más que suficiente.

Un nuevo lenguaje multimedia

Los nativos digitales puros -aquellos que tienen ahora no más de 17 años y que han conocido internet prácticamente desde el día en que nacieron- procesan información visual a una velocidad y con una multiplicidad casi impensable para una persona de cincuenta o sesenta años. Por eso, se expresan con mayor comodidad en plataformas como Vine e Instagram (donde publican vídeos de escasos segundos cargados de planos a gran velocidad) que en redes basadas en texto, imagen e hipertexto convencional.

foto cc: Flerk Meyer






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