En 2002, la empresa china Winsun New Materials, con sede en Suzhou, planeó la creación de una impresora 3D que permitiera construir casas en un tiempo récord. 12 años y 20 millones de yuanes (unos 2,3 millones de euros) después, la compañía es capaz de construir 10 casas de 200 metros cuadrados en un solo día.
El secreto está, naturalmente, en una gigantesca impresora 3D: 6,6 metros de alto, 150 metros de largo y 10 metros de profundidad. Las imágenes incorporadas en la noticia del Wall Street Journal reflejan el proceso, más que de construcción, de ensamblaje de las piezas que forman la casa, pero no hay ninguna foto de la propia impresora, que probablemente tiene el aspecto exterior de una nave industrial.
La tinta que utiliza la impresora es probablemente la más sólida que existe: se trata de un combinado de cemento y fibra de cristal. Al menos, de momento; en el futuro, la compañía espera crear un compuesto a partir de materiales reciclados de la construcción tradicional y las minas.
Al parecer, el coste del proceso de fabricación no es muy elevado. La broma te sale por la mitad que una casa tradicional. La única traba existente para que se pueda popularizar su uso son únicamente las cuestiones regulatorias. Las normativas en la construcción de edificios son de esas que más vale cumplir para evitar problemas mayores, así que es probable que el sistema tenga algún punto ciego.
Casas impresas en China… y en Holanda
Le ha tomado su tiempo, pero la compañía china es la primera que logra imprimir casas, cambiando radicalmente el concepto de casa prefabricada. Aunque no es la única en el mundo que persigue el logro de la impresora de casas. El Wall Street Journal menciona un proyecto holandés incluso más ambicioso: la impresión 3D de una casa de 13 habitaciones, incluyendo los muebles. Todavía les quedan años de desarrollo, pero las imágenes del proyecto son impresionantes, y no sólo porque aparezca Barack Obama de visita.
La impresión 3D parece dispuesta a cambiar los procesos industriales, si tenemos en cuenta hasta dónde ha llegado ya en el poco tiempo que lleva entre nosotros. Si ver a los Amish de Único testigo construir una casa en un día fue impresionante, la secuencia palidece ante las 10 casas impresas en 24 horas.
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