martes, 26 de agosto de 2014

Alimentos 2.0: cómo cambiar nuestra nutrición con algoritmos

Siguiendo el credo de Steve Jobs de que ‘la gente no sabe lo que quiere hasta que no se lo muestras’, un puñado de start-ups de alta tecnología están tratando de revolucionar nuestra alimentación creando ‘carne’ y ‘huevos’ partiendo de compuestos vegetales pulverizados o de fragmentos cultivados de tejido animal. Hasta existe una compañía que busca acabar con el hábito de comprar comida (e incluso de cocinarla y masticarla) gracias a un alimento líquido a partir de subproductos de algas”.

El texto anterior aparece en un reportaje del New York Times titulado “Repensando el comer”, en el que explora las nuevas tendencia de la aplicación de la ingeniería a la alimentación humana, sobre todo para ofrecer alternativas a la proteína animal. Ocurre que el consumo de la carne de cerdo, vacuno, pollo y similares podría duplicarse a nivel mundial dentro de seis años, un ritmo que podría ser insostenible si tenemos en cuenta la cantidad de recursos (en agua, alimentos y agua) que requiere para su crianza, siendo el ganado -además, y según Naciones Unidas- el responsable del 14,5% de los gases de efecto invernadero. Por ello, destacadas empresas de capital riesgo y magnates de Silicon Valley (como Sergey Brin de Google, Bill Gates de Microsoft o Peter Thiel de PayPal) están invirtiendo grandes sumas en proyecto de alimentos 2.0.

El artículo menciona el caso de la compañía californiana Hampton Creek, que ha logrado crear un sustituto del huevo a partir de proteínas extraídas del guisante amarillo canadiense, y ahora empieza a abrirse paso en las tiendas de alimentación de los Estados Unidos. Para el CEO de esta compañía, el vegano Josh Tetrick, el secreto para lograr desarrollar mejores productos es “confiar más en las ciencias de la computación que en las de la alimentación”. De este modo, las compañías de alimentos 2.0 están desechando los sustitutos vegetales ya conocidos en el mercado y usando en su lugar algoritmos informáticos que analizan cientos de miles de especies vegetales para averiguar “qué compuestos pueden extraerse y recombinarse para crear nuevas fuentes más sostenibles y deliciosas de proteína”. En el caso concreto de Hampton Creek, su vicepresidente fue jefe de análisis de datos en productos de Google como Youtube y Google Maps, y sus últimas siete contrataciones han sido de científicos de datos. Tetrick lo explica así: “Podemos ejecutar nuestros experimentos en la nube en lugar de tener que estar moliendo ingredientes y poniendo en práctica recetas”.

Imagen | SweetOnVeg via photopin cc






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