lunes, 11 de agosto de 2014

Dormir en la utopía espacial

Ser astronauta es un sueño común a muchos niños, pero conciliar el sueño cuando eres astronauta no es cosa fácil. El cansancio y la carencia de sueño son dos de los principales síntomas que siempre han reportado los seres humanos que viajan al espacio. Si bien la situación es manejable para el tipo de viajes relámpago que se realizan en la actualidad, puede ser un problema serio en los viajes largos que se están planeando en la actualidad.

Quizá eso haya motivado que un grupo de investigadores de Brigham, el Women’s Hospital y la Harvard Medical School de Boston hayan desarrollado el primer estudio serio sobre el sueño en el espacio. En él han participado más de 80 astronautas, 64 de ellos de 80 diferentes misiones del Space Shuttle y 21 más que han permanecido un tiempo en la Estación Espacial Internacional.

Todos ellos llevaron una pulsera que registraba sus ciclos de sueño y tenían que escribir un diario con sus hábitos de sueño, desde antes del inicio de su misión hasta después de la misma. En total, los registros recogen más de 4.200 noches espaciales y cerca de 4.000 en la Tierra.

Los resultados demuestran que los astronautas duermen una media de 6,5 horas la noche desde hasta 3 meses antes de despegar. La media durante las misiones del Shuttle está por debajo de las 6 horas y en la Estación Espacial Internacional, justo por encima de las 6 horas. Apenas el 12% de los astronautas del Shuttle duermen 7 horas del tirón, una media que llega al 24% en la Estación Espacial Internacional. Cuando vuelven a la Tierra, las cosas se normalizan con rapidez.

La desorientación del sueño espacial

Todo ello teniendo en cuenta que cada astronauta tiene a su disposición 8,5 horas para dormir al día. Según Story Musgrave, astronauta de la NASA citado por New Scientist, “intentar dormir en el espacio es un claro tipo de desorientación. No hay reloj, ni día y noche, ni arriba y abajo, no hay tensión en tu cuerpo, de modo que incluso puedes perder el sentido de dónde están tus extremidades cuando duermes”.

La solución más sencilla sería medicarse para poder dormir. Sin embargo, si se declara una emergencia (y una emergencia espacial puede ser letal), no es muy buena idea tener a los astronautas dopados. La cosa no tiene fácil solución, pero ante los previsibles viajes de larga estancia, más vale afrontarla o a la tripulación le puede entrar una psicosis tipo Sunshine.

De momento, están probando en la Estación Espacial Internacional un nuevo sistema de luces de onda corta que estimulan la alerta. Pero los planes son un poco inciertos: únicamente, explorar los cambios en el comportamiento que produce esta situación prolongada y buscar modificaciones horarias que les ayuden a dormir.






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