sábado, 23 de agosto de 2014

El proyecto OpenStreetMap cumple 10 años

El proyecto OpenStreetMap nacía en 2004, en medio de un panorama que ofrecía pocas fuentes de datos geográficos, y casi todos ellos en manos de entidades privadas o gubernamentales, lo que mantenía los mapas digitales en unos precios únicamente al alcance de las grandes compañías de navegación. En concreto, la motivación de su creador Steve Coast fueron las altos precios que cobraba la agencia cartográfica de Gran Bretaña (Ordnance Survey) por los datos que ofrecía. Y al fundar OpenStreetMap, los mapas se convirtieron en un recurso colaborativo gratuito y abierto a cualquier usuario de la Red (bajo la Licencia Abierta de Bases de Datos).

Pocos meses después de nacer, obtuvo permiso de Yahoo! para usar las fotografías aéreas de Yahoo! Maps como base para la producción de mapas en OSM. Este acuerdo sólo duraría hasta mediados de 2011, con el cierre de Yahoo! Maps, aunque meses antes el proyecto ya se había cubierto las espaldas alcanzando un acuerdo similar con Bing. Luego, en 2012, el cambio de políticas de uso de Google Maps (pasando a cobrar por su uso a webs con altos niveles de tráfico) supuso un trasvase de grandes compañías (como Foursquare) a la tecnología de OSM.

Entre las claves del éxito de OSM podemos destacar que nació en un momento en que la tecnología GPS era cada vez más accesible, el almacenamiento online había comenzado a abaratarse, y los smartphones estaban ya a la vuelta de la esquina. Eso, y el hecho de que proveía de una interfaz que permitía a los frustrados fans del mapeo construir fácilmente los mapas de su entorno invirtiendo tan sólo su tiempo y su conexión a Internet.

Según un estudio del Oxford Internet Institute, el 58% del contenido de la plataforma está situado en EE UU, Francia, Canadá, Alemania y Rusia, y aun así en los últimos años OSM ha permitido “poner en el mapa” (nunca mejor dicho) situaciones y comunidades que antes se hallaban invisibilizadas, gracias a su Humanitarian OSM Team: un ejemplo paradigmático fue el proyecto de mapeo de Haití para colaborar en el reparto de la ayuda humanitaria tras el terremoto de 2010, que permitió trazar mapas de carreteras, edificios y campos de refugiados en tan sólo dos días. En los meses siguientes, esa labor cartográfica sería utilizada por instituciones como el Banco Mundial o la oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU. Algo similar ocurrió tras el tifón que sacudió Filipinas en 2013: organismos oficiales de información geoespacial cedieron sus imágenes de satélite a OpenStreetMaps, y los voluntarios de esta plataforma organizaron múltiples editathons para que las ONG sobre el terreno pudieran saber dónde había habido antes edificios (y dónde, probablemente, quedaban víctimas que rescatar).

Como la Wikipedia, el enfoque de OSM no es aspirar a una presentación perfecta equiparable a su competencia comercial más directa, sino ser consciente de que su éxito reside precisamente en su enfoque incremental: en ofrecer la posibilidad de contribuir constantemente a la mejora del proyecto. Y vaya si ha mejorado: la comparación entre los mapas que la plataforma ofrecía en 2007 y los que ofrece ahora en 2014 muestran una clara evolución y el potencial del crowdsourcing para la construcción de datos cartográficos.

A día de hoy, OpenStreetMap cuenta con 1.731.674 usuarios ayudando a trazar el mapa del planeta. Esperemos que el proyecto siga creciendo… al menos una década más.






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