Desde que se hizo conocida la adaptación de la técnica origami a la robótica las investigaciones científicas relacionadas con esta nueva aplicación han avanzado tanto que han podido pasar de la teoría a la práctica. El reto del robot que puede autogestionar sus movimientos sin la intervención humana ha sido el resultado del trabajo de investigación de un equipo del Centro Tecnológico de Massachusetts en colaboración con la Universidad de Harvard.
La idea no es del todo nueva, un proyecto parecido anunciado esta primavera durante la Conferencia Internacional sobre Robótica y Automatización presentaba por la primera vez los robots que se podían ensamblar por sí mismos al tener contacto con una fuente de calor. Ahora, al cabo de otros meses más de desarrollo, el equipo de científicos comunican su último hito: una versión mejorada de otro robot reconfigurable que puede caminar, se ensambla y se pliega sobre sí mismo.
Técnicas de papiroflexia japonesa aplicadas a la robótica
El robot Origami combina las técnicas de pliegue del arte japonés que la da el nombre y la ingeniería eléctrica para crear una máquina compleja, capaz de levantarse y caminar sin la ayuda humana en tan solo cuatro minutos.
Los científicos han construido el robot de cinco capas de materiales obtenidos a partir de la impresión 3D. La capa de cobre es la interna y está envuelta por otras dos capas de papel. La parte exterior está cubierta por polímeros con memoria de forma que se pliegan cuando reciben las señales eléctricas.
A todos estos componentes se añade un microprocesador y dos motores en la parte superior del robot. Una vez calentados los circuitos, las capas se contraen bajo la temperatura y empiezan a plegarse siguiendo la forma de una estructura 3D predeterminada. Después de haberse ensamblado y plegado sobre sí mismo los ingenieros declararon que el robot consiguió moverse a una velocidad de 5,4 centímetros por segundo.
Según sus creadores el principal beneficio de esta técnica permitirá a los investigadores producir robots complejos que se puedan personalizar por funciones y tamaño. Daniela Rus, profesora del MIT y una de las autoras del trabajo de investigación comenta:
El gran sueño es hacer robots de forma rápida y sin un coste alto. A día de hoy, hacen falta muchos años y mucho dinero para fabricar un robot. Ahora podríamos reducir el tiempo de diseño a unas cuantas horas”.
El equipo de MIT cree que en el futuro los robots podrían ayudar en misiones de búsqueda y rescate, en los campos de batalla pero también en programas más complejos como las exploraciones espaciales. Sus habilidades podrían inspirar una nueva categoría de satélites. Al mismo tiempo no se descarta la posibilidad de que algún día estos robots se pudieran alquilar para ayudar a las tareas domésticas como por ejemplo cortar el césped o detectar las fugas de gas.
Así es como el equipo de investigación de Harvard explica en vídeo cómo ha desarrollado el robot:
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