La marca de móviles europea Kazam ha anunciado la integración en su negocio de ToughShield, un fabricante especializado en teléfonos rugerizados (una palabra que viene del adjetivo inglés rugged, y que quiere decir fuerte, robusto, resistente), es decir, reforzados y protegidos especialmente contra golpes, líquidos y otro tipo de accidentes.
Fruto de la alianza, Kazam ofrecerá todo tipo de terminales rugerizados, desde teléfonos de bajo coste hasta smartphones de alta gama, así como tabletas, según explica en una nota de prensa. La marca ha aprovechado la llegada de ToughShield, además, para crear Kazam for business, una nueva división especializada en el sector empresarial.
El abanico de productos de ToughShield está dirigido a clientes profesionales, y pretende combinar la durabilidad que se le pide a un dispositivo en condiciones extremas con sencillez de uso y precios asequibles.
El consejero delegado de Kazam, Michael Coombes, explica que “la sólida experiencia y credibilidad de ToughShield en los productos rugerizados empresariales” permitirá a su compañía obtener ventajas. Por su parte, el CEO de ToughShield, Merrick Edwards, señala que “el mercado europeo de dispositivos móviles se ha hecho cada vez más competitivo”, y que está integración permitirá a ambas empresas seguir destacando en él.
Kazam aterrizó en Europa en noviembre de 2013 con el lanzamiento de siete modelos de smartphone, cuyos precios oscilaban entre los 100 y los 250 euros. La compañía nació con la ambición de cuestionar las normas de la industria, ofreciendo, según sus propias palabras, tecnología y servicios útiles a precios moderados. “Somos una empresa pequeña y con experiencia, lo que nos dota de agilidad para adaptarnos y reaccionar ente las necesidades de los mercados locales. Todavía quedan muchas cosas por llegar de nuestra marca”, dijo hace un año su CEO.
Los terminales rugerizados existen desde los comienzos del teléfono móvil, y siempre han estado orientados a profesionales con actividades de alto riesgo. Pero la llegada de los smartphones, con sus pantallas táctiles y su depurada estética, ha provocado, por un lado, un mayor rechazo a los móviles de aspecto más basto y, por otro un aumento en las roturas y averías de los dispositivos, cada vez más delicados.
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