jueves, 7 de agosto de 2014

¿Se acercan los primeros “discos duros” líquidos?

Un equipo de investigadores de ciencia de materiales liderados por Sharon Glotzer y David Pino ha dado los primeros pasos hacia la obtención de una clase de materia blanda que podría ser usada como medio viable de almacenamiento informático (contando, además, con una extraordinaria capacidad de almacenamiento). Cuando hablamos de “materia blanda” nos referimos tanto a líquidos como a espumas, polímeros, o materiales similares: lo relevante es que todos ellos tienen en común el poseer comportamientos físicos previsibles a diferentes temperaturas.

De acuerdo a lo avanzado por esta investigación, se podrían usar nanopartículas suspendidas en líquido para codificar los mismos unos y ceros que hoy en día almacenamos en los discos duros; la cantidad de este material necesaria para almacenar 1 Tb de información cabría en una cucharada. Estaríamos aquí ante una suspensión coloidal: las partículas no se disuelven de forma permanente en la solución, sino que conservan sus propiedades esperadas, en este caso, la de reorientarse de forma previsible en presencia de calor. Otros ejemplos de coloides pueden ser el humo, la espuma de afeitado o la gelatina.

Lo que convierte un curioso movimiento de partículas dentro de un fluido en la posibilidad de almacenar ingentes cantidades de datos en un vaso es el hecho de que la combinación más simple de dichas partículas (cuatro de ellas unidas por una partícula central, formando un nanoclúster) sólo tiene dos configuraciones distinguibles (y alterables mediante la aplicación de energía térmica), que además son ‘quirales‘ -es decir, no son superponibles con su imagen especular-, lo que permite distinguirlas incluso cuando están flotando libremente. Ello es lo que permite leer ambos estados como 1 o 0, convirtiendo a cada agrupación de nanopartículas en un único bit de datos.

Quedaría, en todo caso, mucho trabajo por delante: bloquear de manera confiable los racimos de nanoclústers dentro de un gran volumen de líquido (bautizado como ‘coloide digital’), y luego leer estos datos de manera rápida. Por ello, cabe pensar que los discos seguirán siendo ‘duros’ por unos años todavía.

En el pasado ya ha habido avances en el uso de la nanotecnología para almacenar datos: IBM consiguió almacenar un bit de datos en sólo 12 átomos de hierro, mientras que investigadores del Instituto Wyss de Harvard almacenaron con éxito 700 Tb en un sólo gramo de ADN.

Fuente | ExtremeTech
Imagen | Wikimedia






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