Después de la experiencia lograda con el pequeño modelo eléctrico BMW i, la compañía parece lista para incorporar la tecnología eléctrica en sus modelos mayores. No habrá, de momento, cupés de cuatro puertas marca BMW completamente eléctricos, dado la discreta autonomía de sus motores, pero sí modelos híbridos.
El inicio del cambio se dará con el modelo de sedán BMW Serie 3, que incorporará en su versión híbrida un motor de turbo inyección de cuatro cilindros y un motor eléctrico, basado en los utilizados en sus i3 e i8, aunque con algunos componentes algo mayores, como la batería de ión litio y el propio motor eléctrico, según indica Autoblog. El vehículo se presentará en Miramas, Francia, aunque no ha sido anunciada aún su fecha de lanzamiento oficial.
Los grandes del motor están reaccionando a paso lento al órdago lanzado por compañías innovadoras como Tesla Motors. Y además lo hacen de forma bastante discreta. Los vehículos híbridos reducen sus emisiones, pero en realidad el motor eléctrico apenas sirve como apoyo del motor de combustión en estos modelos. La autonomía que pueden lograr con la conducción puramente eléctrica es de apenas 100 km, como recuerda la propia BMW en su nota de prensa.
Un sistema de producción inteligente
La compañía insiste en mantener la “experiencia de conducción” que ofrece a los habituales conductores de la marca y quizá el desarrollo de berlinas completamente eléctricas no se lo permitiría. Con todo, no hay que quitar relevancia a la iniciativa: el paso a modelos híbridos que estén presentes en todas sus gamas es todo un salto para un gigante al que le cuesta tomar medidas muy arriesgadas.
Resulta muy interesante, además, la parte de la nota de prensa en la que se habla de su modelo de producción. La misma planta de producción será la encargada de producir todos los componentes eléctricos de los coches de las diferentes gamas, en torno a un “sistema inteligente para compartir componentes eDrive”. Una producción mixta flexible con la que intenta maximizar sus esfuerzos eléctricos.
Si bien lo hacen a distintos tiempos y con propuestas diferentes, todos los fabricantes del motor están reconociendo la realidad del mundo eléctrico, lo que supone un claro avance. Aunque sea un siglo después de que se crearan los primeros modelos con esta tecnología.
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