Decían que el extraterrestre prototipo, un ente alargado y de finos y ágiles dedos, era en realidad un humano venido del futuro. Un futuro en el que el cuerpo humano ha evolucionado después de generaciones y generaciones de uso de las cada vez más nuevas, y más táctiles tecnologías. Quizá no hayamos llegado a eso, ni vayamos a llegar nunca, pero lo cierto es que el uso de los smartphones tiene de facto un impacto sobre el ser humano.
Así lo revela, al menos, un estudio realizado por un equipo de neurocientíficos de la Universidad de Zurich y del ETH Zurich. Según los científicos, el uso intensivo y diario de los dedos, en concreto de la yema de los dedos, de un modo muy diferente al tradicional tiene un impacto directo sobre la relación sensorial entre los dedos y el cerebro.
Para el desarrollo de su estudio, los investigadores contaron con el propio historial de los teléfonos móviles, enlazándolo con una observación de la actividad cerebral. Según Arko Ghosh, uno de los responsables del estudio citado por Ars Technica, “lo que esto significa para nosotros los neurocientíficos es que la historia digital que llevamos en nuestros bolsillos tiene una enorme cantidad de información sobre cómo usamos nuestros dedos (y más)”. En este punto se admite un comentario picante.
Con esa base, el equipo utilizó electroencefalografías para ver cómo responden a las pruebas los usuarios habituales de móviles frente a los que no lo son. Según los resultados, la actividad cerebral de los usuarios de smartphones mejoró cuando tocaban con los dedos pulgar, índice o medio. Además, el grado de actividad del cortex se mostró directamente relacionado a la frecuencia en el uso de un smartphone.
Es un ejemplo de la capacidad de adaptación del cerebro. Los movimientos repetitivos realizados por los dedos en un teléfono inteligente está modificando el proceso sensorial que parte de las manos. En palabras de los investigadores, “el cerebro contemporáneo está tomando forma continuamente mediante el uso de la tecnología personal digital”.
De ahí a que nos convirtamos en unos seres semitransparentes, con una estilizada figura y unos dedos esqueléticos y alargados, sólo hay un paso. Mientras tanto, parece que cada vez hay más estudios científicos que, digamos, están de nuestro lado: si los móviles aumentan la actividad cerebral a lo Brain Training, un poco de cerveza ayuda a nuestra creatividad y jugar al Call of Duty nos hace más listos…
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