domingo, 3 de noviembre de 2013

Anklebot, el robot que mide la fuerza de nuestro tobillo

anklebot-portada

Cualquier persona con unos conocimientos mínimos de anatomía es perfectamente consciente de lo importante que resulta la labor del tobillo en la actividad locomotriz, de que para poder adelantar un pie después del otro este nexo entre nuestra extremidad inmediatamente inferior y nuestra pierna tiene un papel fundamental. Pero no todos alcanzamos a saber que en realidad el tobillo es un rompecabezas anatómico y que su papel en el mantenimiento de la estabilidad y el movimiento es más complicado de lo que pueda parecer.

Por ello, para estudiar con mayor precisión esta parte de nuestro cuerpo tan delicada, Neville Hogan, profesor de Ingeniería Mecánica del MIT, y sus colegas del Newman Laboratory for Biomechanics and Human Rehabilitation, han ideado un robot que es capaz de medir la fuerza del tobillo en varias direcciones. Su nombre es Anklebot y está compuesto de un refuerzo para la rodilla y una conexión al zapato. Cuando su portador mueve el tobillo el robot mueve el pie a lo largo de una trayectoria programada, en las diferentes direcciones en las que se puede mover esta articulación. Por su parte, los electrodos que incorpora el robot se dedican a registrar el desplazamiento angular y el esfuerzo de torsión del tobillo, lo que a su vez los investigadores utilizan para calcular la fuerza de este.

A partir de los experimentos realizados con voluntarios sanos los investigadores han descubierto que el tobillo es más fuerte cuando se mueve hacia arriba y hacia abajo, como cuando se presiona el pedal del acelerador. En cambio, tiene menos fuerza cuando se gira hacia los lados, y es más débil aún si se dobla hacia el interior. Curiosamente, las mediciones indican que el movimiento del tobillo hacia los lados es independiente del movimiento que realiza hacia arriba y hacia abajo.

Los hallazgos hechos por Hogan y su equipo de colaboradores gracias a Anklebot tendrán una positiva repercusión científica, pues serán de gran valor para los médicos y terapeutas que intentan comprender las limitaciones físicas causadas por accidentes cerebrovasculares y otro tipo de trastornos motores.

Fuente: MIT.

Foto (cc): Hyunglae Lee. MIT.










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