De entre todas las aplicaciones y servicios online que los manifestantes hongkoneses de Occupy Central (que protestan por las limitaciones antidemocráticas establecidas en su nueva ley electoral) están usando en estos días para difundir sus mensajes en los medios y coordinar sus actividades de desafío a la dictadura china, hay una que destaca por encima de las demás: FireChat.
Esta aplicación de mensajería desarrollada por la Fundación Open Garden (cuya misión es promover la neutralidad de la red, la democratización del conocimiento y el acceso a una banda ancha de calidad), es capaz de enviar y recibir mensajes aún careciendo de conexión a Internet: usando conexiones Bluetooth P2P y WiFi directo para enlazar con otros dispositivos cercanos también equipados con FireChat, formando de este modo una red de malla masiva en la que los mensajes pueden pasar de teléfono en teléfono sin necesidad de hacer pasar la información por ningún router ni por ningún servidor central.
El uso original de esta app era permitir la comunicación cuando una gran aglomeración de gente (fundamentalmente, conciertos y grandes eventos deportivos) provocara un colapso de la conexión. Pero, dado el nefasto historial del régimen chino en lo que respecta al ejercicio de la censura, esta funcionalidad de FireChat se ha convertido en una herramienta fundamental para sortear la vigilancia de la red y los cortes selectivos de acceso a Internet o a la red telefónica. Si bien en Hong Kong la situación aún no es tan dura como en la China continental (donde se ha llegado a censurar todo tipo de información sobre las protestas y a bloquear servicios como Instagram), en el caso de que empeore, los activistas podrán seguir informados y coordinados.
El pasado domingo, Open Garden empezó a observar un crecimiento frenético de la actividad de la app en la zona: en sólo dos días, más de 210.000 nuevos usuarios se habían descargado el software (disponible para iOS y Android) y registrado su cuenta correspondiente, llevando así a FireChat al ranking de apps más descargadas de la App Store. En esos días se iniciaron más de 2 millones de sesiones de chat (con una duración media de 3 minutos y medio, y se alcanzaron picos de 35.000 usuarios simultáneos en la misma zona.
De este modo, FireChat ha conseguido suceder a Twitter, Facebook y Youtube como herramienta icónica de un proceso de rebelión ciudadana (como antes lo fueron la Revolución Verde, Occupy Wall Street o la Primavera Árabe), pero también llegar un paso más allá, siendo invulnerable a la ausencia de Internet. Sigue sin ser, eso es cierto, una herramienta perfecta para los manifestantes: las salas de chat son abiertas, lo que permite que las autoridades locales monitoricen el proceso de coordinación de los activistas. Sin embargo, Micha Benoliel (portavoz de la Fundación Open Garden) ha anunciado que ya están trabajando en una actualización específica para los manifestantes que incluya mensajería privada y cifrado. “FireChat no ha sido desarrollado con este propósito”, aclaró, “pero si esta aplicación puede ayudar [a los activistas de Hong Kong], estamos a favor”.
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