Sí tuviera una panadería de barrio y me preguntaran si me gustaría que en la calle principal más cercana pusieran una señal indicando dónde se ubica, mi primer pensamiento sería ¿cuánto me va a costar?, y si me respondieran nada entonces sin pensarlo dos veces diría que sí, ¿tú que responderías? Hoy Google ha decidido cerrar su servicio de agregación de noticias (Google Noticias) en España indicando que las publicaciones de los editores españoles ya no aparecen en dicho servicio. Esta decisión ha sido tomada tras los recientes cambios en la legislación española (Ley de propiedad intelectural, LPI) que entrará en vigor en enero del próximo año y en donde se incluye el derecho irrevocable a percibir una compensación económica por parte de los editores u otros titulares de derechos de autoría lo cual también se ha denominado la “tasa Google” o “Canon AEDE”.
Un agregador de noticias dirige tráfico de usuario a los sitios web de los editores, pudiendo elegir si son incluidos o no en dicho agregador, quienes pueden beneficiarse de un potencial mayor número de visitas y por ejemplo materializarlo en ingresos a través de la publicidad en sus páginas. Así provee un servicio doble, al usuario final permitiéndole el acceso más fácil y rápido a un mayor y variado número de contenidos de posible interés, y al creador de dichos contenidos que ve aumentado el número de visitas que recibe.
No soy jurista y por tanto entre mis propósitos no está ver en detalle el tan renombrado nuevo artículo 32.2 de la LPI y si es aplicable o no a Google News, Facebook, Twitter u otros debido a connotaciones como considerar que no se esté captando público nuevo y por tanto de acuerdo con el artículo 20 de la LPI 1/1996 estos agregadores quedarían excluidos del pago de una compensación. Tampoco quiero escrudiñar en los pensamientos de Google y lanzar hipótesis sobre otros motivos, si los tiene, del porqué de esta decisión que ha tomado y si por detrás hay un trasfondo estratégico y/o de presión.
Lo que sí me preocupa más es que de algún modo se pueda limitar el poder de decisión de editores y usuarios finales a usar este tipo de servicios y en su caso a negociar sus términos, lo cual potencialmente podría también limitar el acceso e intercambio de información lo cual es la esencia y el pilar principal de la Web.
Durante más de 20 años llevamos disfrutando de la Web como un medio de comunicación con características sin precedentes proveyendo un flujo de comunicación global y a escala en donde los contenidos son el elemento central y su acceso a través de índices o buscadores el mejor modo de consumirlos por parte de los usuarios. En este contexto tal vez Google sea la compañía por excelencia en saber rentabilizar y monetizar este “nuevo mundo virtual” y la decisión que ha tomado también puede que sirva para continuar la reflexión sobre cómo los diferentes sectores pueden adaptarse y beneficiarse de la nueva economía digital.
imagen superior: Shutterstock
Este artículo ha sido escrito por Esteban García-Cuesta, profesor en el departamento de Informática y Comunicaciones y director del máster en Big Data Analytics en la Universidad Europea de Madrid.
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