Los expertos llevan tiempo teorizando que contar con un cluster de empresas vinculadas a una determinada industria ayuda al crecimiento de la economía de la zona. Ahora, un estudio coescrito por un profesor del MIT demuestra empíricamente que casi cualquier clase de cluster es capaz de contribuir de múltiples modos al crecimiento económico (a través de la creación de empleo, al desarrollo de la propiedad intelectual, o a la formación de nuevas industrias).
El estudio, que sale publicado este mes en la revista Research Policy con el título “Clusters, convergencia y desempeño económico”, está basado en un proyecto de recopilación a largo plazo (entre los años 1990 y 2005) de datos sobre economías regionales llevado a cabo por el Proyecto US Cluster Mapping (una colaboración entre el MIT, la Universidad de Harvard, la Universidad de Temple, y el Departamento de Comercio). Durante el mismo se examinaron 41 clusters industriales, 589 subcampos industriales diferentes y 177 regiones de los Estados Unidos. Cada cluster se compone de múltiples industrias relacionadas que “ofrecen actividades complementarias que dan lugar a rendimientos crecientes”.
Entre otros datos, el estudio concluye que una desviación estándar por encima de la media en la especialización de la industria de una región conduce a un aumento de en torno a 1,3 puntos porcentuales anuales en el crecimiento del empleo en esa área. Si lo pensamos bien, este estudio tiene implicaciones importantes para los gestores políticos: plantea que una región puede mejorar su rendimiento económico a través de la mejora de sus activos pre-existentes, sin necesidad de intentar transformarse persiguiendo industrias situadas en otros lugares. Es decir, pretender convertir a todas las regiones urbanas en copias de Silicon Valley (alta tecnología), Nueva York (empresas financieras) o el Sur de California (industria del entretenimiento) no sólo es imposible, sino que también resultaría totalmente innecesario.
Scott Stern, profesor de la Sloan School of Management del MIT y coautor del estudio junto a Mercedes Delgado (profesora de la Fox School of Business de la Universidad de Temple) y Michael Porter (profesor de la Harvard Business School) afirma que “a las regiones se les dice que están en una guerra global por el talento, y que deben tratar de ofrecer caros incentivos para atraer una única planta [industrial]. Lo que nuestra investigación sugiere es que las regiones pueden tener éxito simplemente invirtiendo en ampliar su ventaja comparativa”.
Imagen | Dominic Alves
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