jueves, 25 de diciembre de 2014

¿Qué hacer si se nos viene encima un asteroide?

Hemos visto un montón de meteoritos aplastar las grandes ciudades del mundo… en el cine. Y en la vida real, más allá del más famoso, el de los dinosaurios, hemos sabido del que impactó en la siberiana Tunguska en 1908, y hace muy poco, en 2013, el que por suerte acabó explotando a entre 25 y 30 kilómetros de Rusia, dejando a su paso 1.500 heridos y un dineral en daños materiales.

Como recuerda Gizmag, este meteorito, de 19 metros y 3.300 toneladas, golpeó con una fuerza de 480 kilotones. Merece la pena recordar, como referencia, que la bomba de Hiroshima tenía una potencia de 15 kilotones. Pues bien, la Agencia Espacial Europea ha decidido tomarse en serio la posibilidad de que vuelvan a suceder catástrofes semejantes y ha decidido elaborar un plan de reacción para ello.

No deja de sorprender que hayan tardado tanto en poner la cuestión sobre el tapete. Pero finalmente lo han hecho, teniendo en cuenta asteroides de entre 12 y 38 metros. Si son más pequeños, no hay mucho que hacer porque se convierten en estrellas fugaces, y si son más grandes no hay mucho que hacer porque… bueno, no hay nada que hacer salvo ver tu vida pasando a toda velocidad, si te da tiempo.

Respuesta ante desastres siderales

La ESA convocó el pasado noviembre a expertos de los cuerpos de respuesta ante desastres de Alemania y Suiza para estudiar cómo responderían ante eventuales alertas de impacto. El marco temporal de aviso previsto es variable, de 30 días en el mejor de los casos y de apenas 1 hora en el peor. La Agencia podría proporcionar a las autoridades información sobre la zona de impacto y su potencia, así como sugerir posibles respuestas. Aunque depende sobre todo de los tiempos.

Así, Gerhard Drolshagen, parte del equipo NEO (Near-Earth Object, Objeto Cercano a la Tierra) de la ESA, señala que “desde unos tres días antes de un impacto previsto, podremos tener estimaciones relativamente buenas de la masa, tamaño, composición y lugar de impacto. Todo esto afecta directamente al tipo de efectos del impacto, la cantidad de energía que se generará y de ahí las posibles reacciones que las autoridades civiles pueden llevar a cabo”.

Las medidas posibles varían entre guarecerse en las casas como ante una simple tormenta y realizar una evacuación masiva antes un meteorito como el de Tunguska que cayera en una zona poblada. Entre tanto, la ESA debe trabajar todavía en mejorar el mecanismo de comunicación, ubicando a las autoridades responsables, realizando planes para el despliegue de información y coordinando la eventual respuesta internacional con organismos como la ONU.

Pese a la dificultad para conocer realmente el efecto de un impacto semejante, Drolshagen considera que Europa debería “desarrollar un amplio paquete de medidas que podrían tomar las autoridades nacionales civiles, que pueden ser suficientes en líneas generales para cubrir una gama de posibles efectos. El primer paso es estudiar los NEO y los efectos de su impacto y comprender la ciencia básica”.

Como medida inmediata, la Agencia Espacial Europea se plantea celebrar más reuniones de expertos en el futuro para seguir profundizando en la cuestión. La segunda de ellas tendrá lugar en el 2015 y contará con más países involucrados, aunque en la noticia de la ESA todavía no se especifica cuáles serán.






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