Samsung ha desvelado por fin lo que costarán en el mercado libre los teléfonos de gama alta que ha presentado en el MWC 2015: Galaxy S6 y Galaxy S6 Edge, este último con pantalla curvada en los laterales. Los precios parten de unos 700 euros en el caso del primero y de unos 750 en el segundo (la versión más básica tiene una capacidad de 32 GB). Si el comprador quiere adquirir terminales dotados de mayor capacidad (los modelos de 64 y 128 GB), el precio será mayor: sube en tramos de 100 euros en función del modelo.
Con Galaxy S6 y Galaxy S6 Edge Samsung se arma para luchar con más fuerza en la liga de los smartphones de alta gama, donde su mayor competidor es Apple, con sus exitosos iPhone 6 y 6 Plus, que están teniendo un excelente comportamiento en ventas.
Los nuevos terminales de la compañía surcoreana se caracterizan por su elegante acabado y por la calidad de sus materiales: por primera vez están construidos en aluminio de verdad y no en plástico, en un intento de Samsung de mejorar no solo su estética sino también su resistencia. De hecho, según los responsables de la compañía, el acero de los teléfonos es un 50% más fuerte que el que se usa en otros smartphones de gama alta de modo que, como ironizaba Younghee Lee, vicepresidenta de Marketing de Samsung en la presentación de los dispositivos el pasado domingo, “no se doblarán”, en clara alusión a la polémica generada en torno a los iPhone 6.
Los teléfonos –que llegarán al mercado a partir del 10 de abril de 2015 en distintos colores (blanco, negro y dorado los dos, y también azul el S6 y en verde el Edge)– son similares a simple vista exceptuando la pantalla del Edge, que se dobla en los laterales. Las dos pantallas son Quad HD Super Amoled de 5,1 pulgadas y la densidad de píxeles que consiguen (577ppi) es mayor que la del modelo predecesor, el Galaxy S5. Tanto la pantalla como la carcasa están reforzadas con cristal Gorilla.
Otro de los aspectos que Samsung ha mejorado es la duración de la batería, un aspecto en el que es determinante, según los portavoces de la compañía, el procesador que integra el terminal, un Exynus de factura propia, de 64 bits y de 14 nm que permite un mayor ahorro de energía. Además, la compañía ha ideado un sistema para optimizar lo máximo posible las cargas cortas. “Hemos comprobado que la mayor parte de las personas cargamos el dispositivo por la noche, pero durante el día, a veces realizamos cargas cortas para que el terminal aguante el uso intensivo. Por eso hemos creado un sistema para que con una carga de 10 minutos la batería del móvil dure cuatro horas más”, explica un portavoz de la compañía. La parte negativa del nuevo diseño es que la batería no puede extraerse como sí era posible en los modelos anteriores (era, de hecho, un reclamo de la empresa frente a la competencia).
Las mejoras de las prestaciones de imagen y la funcionalidad de doble clic en el botón para activar la cámara rápidamente son otros aspectos destacables del terminal. Éste incorpora una cámara trasera de 16 megapíxeles y otra frontal de 5 megapíxeles, acompañadas de lentes F1.9 y sensores de alta resolución para poder sacar buenas fotos con poca luz.
En ambos dispositivos se ha simplificado la interfaz, que corre sobre Android (versión 5.0.2). “Hemos reducido el número de menús y las notificaciones, popups, confirmaciones… para no saturar al usuario y hemos organizado las categorías (conectividad, personalización, sistema, etc.) por colores”, añade el portavoz.
Los dispositivos van dotados del sistema de pago móvil Samsung Pay, aunque de momento este no está disponible. Lo estará en verano en EEUU y Corea y antes de fin de año en Europa. El sistema permite tanto pagar con tecnología NFC como con tecnología magnética (similar a la de las tarjetas que se siguen utilizando en EEUU, pues en Europa llevan chip).
Los terminales, como no podía ser de otra manera, están preparados para tecnología móvil 4G LTE y también permiten conectividad Bluetooth y wifi y llevan GPS.
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