martes, 24 de marzo de 2015

SXSW Interactive 2015

Un año más tuvo lugar en Austin SXSW Interactive 2015, el que, en mi opinión, es el congreso mundial más importante en el área de InteractividadDurante cinco intensos días se desarrolló un programa en el que convergieron contenidos relacionados con las nuevas tecnologías, la innovación, la creatividad, el emprendimiento, los medios sociales y la nueva economía digital.

Es la segunda edición a la que asisto, coincidiendo junto con otros 150.000 delegados provenientes de todas la partes del mundo. La curiosidad, inspiración, el conocimiento de vanguardia y de nuevas tendencias, así como la búsqueda de referencias y el networking son las motivaciones que mueven a la asistencia y participación en SXSW.

Don Tapscott, coautor del libro Wikinomics y creador del término Ideagoras hizo un balance de los 20 años de economía digital, destacando que el estadio actual de la misma es el de la inteligencia en red como caldo de cultivo para la producción social, colaborativa y fuera de los circuitos de las corporaciones tradicionales. En este sentido, George Westerman, del MIT, abundó en este escenario de disrupción con la afirmación de que la tecnología digital está conllevando una agitación sin fin del otrora estable mundo de los negocios.

Hacia un uso inteligente de las redes sociales

Y aquí es donde entra la teoría del darwinismo digital de The Altimeter Group: la necesaria transformación de las compañías para poder sobrevivir, competir y ganar en el escenario de la nueva economía colaborativa. Charlene Li, CEO de Altimeter, defendió en su keynote que los directivos que lideran esas empresas para conducirlas en el camino de la renovación deben ser engaged leaders: líderes naturales, capaces de escuchar a gran escala lo que sus stakeholders hablan en la Web Social, compartir conocimiento y opinión para finalmente interactuar y conversar con dichos públicos. Sólo un engaged leader podrá introducir y hacer permear hasta todos los rincones de su organización una verdadera cultura digital. Y es que aunque nos parezca que el social media es mainstream, salvo en casos muy concretos, todavía hay mucho camino que recorrer tanto en la adopción de la visión y estrategia digital como parte del ADN de las compañías, como en el aspecto más táctico del uso de los medios sociales.

 

Ángel González y Charlene Li.

Ángel González y Charlene Li.

 

Al uso inteligente de las redes sociales lo llaman Guy Kawasaki y Peg Fitzpatrick The Art of Social Media, el título de su último libro cuyos puntos clave expusieron en su ponencia SXSW: publicar contenidos que aporten valor a la comunidad, gestionar con inteligencia y una buena organización el calendario editorial para las distintas plataformas sociales, optimizar la expresión gráfica de nuestra identidad digital, aportar drama a los contenidos a través del uso de elementos visuales, ser social y generoso con los que te siguen y finalmente destacar pero con autenticidad, mostrando en tu storytelling tus propias pasiones, tu forma de ser y de pensar.

‘Social media’ para para humanizar las marcas

Varias keynotes pusieron en valor los medios sociales como herramienta de cobranding y de humanización de las marcas. Se habla de que el social media está trayendo el escenario del Brand Renaissance que se perdió como consecuencia de la revolución industrial y el marketing de masas. Volvemos al contacto directo y humano vendedor-comprador: las marcas sociales son accesibles, escuchan y dialogan, prestan atención proactiva y reactivamente. Son social media personas que han conseguido el apoyo incondicional de usuarios que se convierten en evangelizadores de la marca, en su ejército de brand advocates, en su mejor publicidad. El word of mouth duplica el valor de la publicidad tradicional… y además es más creíble. Es el caso de Nike, Virgin, Mazda Burberry, Adidas o Starbucks, entre otras.

En un mano a mano entre Jack Welch y Gary Vaynerchuk se intercambiaron distintos estilos de management separados por un gran gap generacional pero unidos por una serie de principios que ambos compartieron: las organizaciones deben nutrirse de personas y profesionales con talento, pero también con hambre insaciable de aprender y crecer; como directivos debemos evitar los errores a los que conlleva poner el foco exclusivamente en los números y no en la cultura de la empresa y en el individuo; cuando el yo gerente es distinto al yo persona  inexorablemente se llega al conflicto, de ahí la necesidad de ser siempre uno mismo y también de poner a la familia en primer lugar. 

Especialmente atractiva me resultó la charla de Hal Gregersen, que abordó los conceptos de innovación y creatividad.  Gregersen nos invita a observar, a cultivar la curiosidad de los niños –la que perdemos cuando somos escolarizados– a cuestionarlo todo, a preguntar ‘por qué no’ y ‘qué pasaría si’, al pensamiento asociado, a poner en valor el fallo y nunca castigarlo. En línea con el anterior pensamiento de Welch sobre el error de priorizar el foco en los números, Hal Gregersen afirmó que si dirigiendo tu negocio sólo te centras en eficiencia… empezarás a vivir el principio del fin del mismo. La innovación, la reinvención conducida por la destrucción creativa –destruir para construir– deben ser una beta permanente en las empresas.

“Los errores son nuestros amigos”

Astro Teller, capitán de Moonshot en el laboratorio de Google[x] abundó en los fallos como hechos necesarios para el desarrollo de productos y servicios de excelencia: “Los errores son nuestros amigos”. Teller hizo un repaso a algunos de los proyectos en desarrollo: los globos estratosféricos, el coche que circula sin conductor, energía eólica con una mayor eficiencia y un coste mucho menor, el proyecto Wing de aviones no tripulados, las lentillas para medición de glucosa y la piel humana sintética para luchar contra el cáncer. Sobre Google Glass Explorer afirmó: “Nunca pretendimos considerarlo un producto final, aquí nos equivocamos en no explicarlo bien“.

Y hasta aquí la experiencia que pude vivir y disfrutar en primera persona en la edición 2015 de SXSW en cuanto a aprendizaje en las sesiones a las que pude asistir durante los cinco días. Pero hay algo difícil de explicar y que sólo se puede vivir: el karma singular de la propia ciudad, la relación con los delegados, la accesibilidad a los ponentes, la calle Sexta, la música electrónica, las barbacoas, grills y restaurantes tex-mex, los hipsters a diestro y siniestro, la multiculturalidad, el sentimiento de pertenencia, los pedicabs, los atascos humanos y de tráfico, las frikadas de todo tipo, bloggers hubs de Mashable, FastCompany, Google, Yahoo, etc. y el legado colonial español reflejado todavía en aspectos como los nombres de las calles. El año que viene más y mejor.

 

 






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